Queja presentada por ciudadano
DENUNCIA AL ROTAFONO DE RADIOPROGRAMAS DEL PERÚ
Estimados señores, llevo mucho tiempo sin entender la conducta del Rotafono ante las incontables denuncias que hice por las agresiones psicológicas y verbales y delincuenciales que han sufrido mis ancianos padres desde noviembre del año 2019 hasta setiembre del año 2020 por parte de un individuo que como ser humano vale lo que valen las heces de las alcantarillas. En abril del 2020 el Rotafono ya tenía el nombre del maleante que nos agredía. Mis ancianos padres y yo vivíamos en nuestro propio departamento, en el tercer piso de un pequeño edificio de Magdalena del Mar, y lo hacíamos muy tranquilos y sin sobresaltos y sin nada de temor y sin preocupación alguna. Y en ello estábamos cuando, de pronto, en el cuarto piso, o sea encima de nuestro departamento, llegaron dos muchachos que parecían buenos ciudadanos y decentes y de buenas costumbres y de moral honrada y de familias hechas a base de valores y de buena educación. Pero nada, no era así como parecían, el tiempo fue presentándolos como dos forajidos sin alma y de corazón ausente y de conductas delincuenciales. Y ese par de muchachos, que de intelecto no tienen absolutamente nada, y que nacieron para ser lo poco humanos que son y los ruines que sí son, creyeron hallar, en aquel edifico y en aquel departamento, el lugar perfecto para hacer de las madrugadas las orgías alcohólicas de los tontos sin destino. O sea, no sabían hacer otra cosa que beber licor a sus anchas y les importaba un pepino respetar el descanso de los que usamos la noche para dormir. Porque ya nunca más fueron igual nuestras vidas. Al principio ese par de muchachos, o sea el tonto y el más tonto, así los llaman en el edificio, y la verdad que son igualitos, bajaban a mi departamento y nos pedían disculpas y dejaban la promesa de que nunca más lo volverían hacer. Pero después se quedó solo el amigo maleante del Rotofono, un desgraciado que, ante sus jefes, seguramente, se presenta como persona decente pero no es nada de lo que aparenta. Y ello fue una constante, no le importó ni la pandemia ni nada. En el momento más crítico de la pandemia, o sea cuando más muertos eran desentubados de las camas de los hospitales y cuando la poesía de la muerte recitaba llanto y dolor y oraciones piadosas, y cuando los gallinazos hambrientos hacían fiesta, ese muchacho, el amigo maleante del Rotafono, más celebraba y más noches sin dormir nos dejaba. Nunca se portó como un ciudadano honrado y decente. ¿Esos amigos maleantes tiene el Rotafono de Radioprogramas? ¿A esos amigos maleantes defiende el Rotafono de Radioprogramas? Pero aquí ya no importa el amigo maleante del Rotafono. Porque mi denuncia es al Rotafono. La pregunta es la siguiente, ¿por qué el Rotafono no hizo absolutamente nada ante mis denuncias y sabiendo que dos ancianos eran constantemente violentados verbal y sicológicamente y de manera delincuencial por el maleante mencionado?, ¿por qué el Rotafono no hizo absolutamente nada cuando sabía que dos ancianos estaban en constante peligro? ¿Por qué el Rotafono fue tan cruel y no hizo nada cuando éramos atacados por un maleante tipo Cillóniz? ¿El Rotafono quería que el maleante nos matara a mis padres y a mí? ¿Quién dirige el Rotafono de Radioprogramas? ¿Un presidiario? Una tarde de día particular, en pleno estado de embriaguez, y en la peor época de la pandemia, nos lanzó huevos a la ventana porque nos quejamos por la bulla que hacía. Señores de Radioprogramas, ¿acaso la amistad importa más que las denuncias que los ciudadanos violentados y sufridos y abandonados por la autoridad dirigen al guasap del Rotafono? ¿Son periodistas los que dirigen el Rotafono de Radioprogramas? ¿Y si son periodistas, díganme, qué clase de periodistas son? ¿Qué clase de seres humanos dirigen el Rotafono? ¿Y por qué nunca se apiadaron de dos ancianos y fueron cómplices del maleante que nos agredía? No exagero, de milagro nos hemos salvado y de milagro mis padres y yo hoy estamos bien. Hemos cerrado nuestro departamento y hemos huido lejos de ahí para estar a salvo. El Rotafono se quedó con los brazos cruzados y no hizo nada por defender a dos personas de la tercera edad.
Señores de la Gerencia General, tienen queencauzar los principios y los valores del Rotafono. Una tarde llamé al número fijo del Rotafono:XXXX y me contestó una voz que no parecía ni de mujer ni de hombre, parecía una voz del más allá, sí, parecía la voz de alguien que no habitaba en este mundo. Y esa voz tan macabra y tan llena de pompas fúnebres y de descanso eterno, tampoco me hizo caso. Y no me hizo caso porque conocía mi número y porqué sabía que mi denuncia era hacia el maleante que protegían. Al guasap del Rotafono escribí quinientas denuncias y poco les importó. Y he vivido hechos muy graves. Un día el maleante se acercó a mi puerta y se puso a dar patadones. Y por qué hizo ello, porque fue a pedirme que lo denunciara mil veces en las comisarías, pero no en los medios de comunicación. Y yo le dije, no. El maleante nunca tuvo la solvencia intelectual para responder las denuncias que le hacía. No había policía. No había Gobernación. No había Defensoría del pueblo. No había nada por la pandemia. Y por ello recurrí al Rotafono y el Rotafono en vez de defenderme se hizo cómplice del maleante. Y qué hará el Rotafono después de esta carta, me llamará para decirme que no recuerda mi caso y preguntarán de qué se trata, se harán los ciegos y los sordos y los inválidos mentales. Perdonen, pero el Rotafono como medio de comunicación ha traicionado los ideales de un auténtico periodismo.
Carta de Respuesta de Secretaría Técnica del Tribunal de Ética
Lima, 20 de marzo de 2021
CARTA N° 001-2021-TDE-CPP
Señor
RAPHAEL ALBERTO GONZALES BUSTAMANTE
Presente.-
ASUNTO : Admisión de queja
REFERENCIA : Caso N.° 001-2021
De mi consideración,
Tengo el agrado de dirigirme a usted, en relación a la queja presentada por su persona ante el Tribunal de Ética del Consejo de la Prensa Peruana, por alegados actos contra la ética periodística (Caso N.° 001-2021) presuntamente cometidos por el medio de comunicación Radio Programas del Perú.
En el artículo 18° del Reglamento del Tribunal de Ética del Consejo de la Prensa Peruana se establece que “La persona que se sienta agraviada por informaciones o campañas que atentan contra la ética periodística, puede presentar una solicitud de queja al Tribunal, la que debe ir acompañada del artículo cuestionado. (…)”
De la revisión de la queja presentada por su persona, se verifica que la misma se encuentra relacionada con una queja realizada por la atención que le brindó a través de la plataforma virtual implementada por el mencionado
medio de comunicación denominada ROTAFONO, la misma que se vinculaba a una queja por la realización de reuniones en los alrededores en su domicilio.
Sobre el particular, se advierte que los hechos descritos en su queja no corresponderían a una falta contra la ética periodística sino a situaciones que se encuentra reguladas por un marco legal y que por su naturaleza, deben ser atendidas por las autoridades competentes, y no por un medio de comunicación.
Siendo así, no corresponde que el Tribunal de Ética del Consejo de la Prensa Peruana emita pronunciamiento alguno.
Atentamente,
Gloria Milagros Castillo Palomino
Secretaria Técnica
Tribunal de Ética
Consejo de la Prensa Peruana