Queja

Piura, 8 de enero de 2001

Señor
ENRIQUE ZILERI GIBSON
Presidente del Consejo de la Prensa Peruana
Presente.-

Estimado Enrique:

Como es de tu conocimiento, el diario bajo mi dirección es asociado al Consejo de la Prensa Peruana desde el primer año de su fundación y, al asociarnos nos adherimos a los ideales por fortalecer los derechos y las responsabilidades de la profesión periodística y la conducta ética de los profesionales del periodismo, así como velar por el desarrollo del periodismo nacional y participar en la mejora de la libertad de prensa.

Ciertamente, compartirás conmigo Enrique, que si deseamos contar con un periodismo sólido en el país debemos propiciar, entre otros aspectos, el respeto a la diversidad de opinión y a la competencia sin recurrir a difamaciones, injurias y campañas de prestigio de los oíros diarios y profesionales Tanto la ciudadanía como los periodistas conocemos bien que durante este último período se ha estado recurriendo a estas prácticas de desprestigio contra otros medios de expresión, que muchos de ellos han lindado en responsabilidad penal, con el único propósito de obtener algunos favores gubernamentales o conseguir ciertas ventajas económicas.

El camino de retorno de una cierta prensa hacia una labor periodística con responsabilidad y ética servidora de la comunidad le será ardua, pero como asociados debemos ser exigentes en su trabajo. Debemos ser inflexibles en reclamar que aquellos que nos hemos adherido desde el inicio a unos ideales como los que sustentan al Consejo de la Prensa sean consecuentes. El prestigio de los medios de expresión y comunicación se encuentra en juego y nos corresponde el ineludible deber de fortalecerlo.

No es admisible -por ejemplo- que alguna prensa, cuyos propietarios se hayan adherido a los principios que sustentan al Consejo de la Prensa, se dedique a realizar campañas de desprestigio contra uno de sus asociados para obtener ciertos réditos económicos.

Tal es el caso del diario “Correo” -perteneciente a la familia Agois y propietaria de los diarios «Ojo”, «Ajá” y “Bocón” asociadas igualmente a nuestra Institución-, que desde el año de 1999 viene realizando una permanente campaña destinada a desprestigiar a nuestra casa editora luego de haber obtenido limpiamente la buena pro del concurso para la publicación de los avisos y crónicas judiciales en la jurisdicción de la ciudad de Piura y Tumbes.

Conforme podrás observar de! texto de la Editorial del diario “Correo» correspondiente al día 7 de los corrientes, cuya copia acompaño a la presente, considero injustificable afirmar públicamente que “(…) Una de las muchas parías que mostró ese período nefasto para la historia del Poder Judicial en la región fue precisamente el citado concurso, que vaya uno a saber mediante qué oscuros negocios fue otorgado a una empresa periodística que no resistió tentaciones y no supo estar a la altura de la independencia que corresponde a la empresa informativa que se respeta a sí misma y sus lectores. Que ese concurso tuvo nombre propio no nos cabe la menor duda y bajo que retribución arriesgaron sus puestos dicho magistrado (…)”.

Como quiera que nuevamente los periodistas de dicho diario recurren a este tipo de malsanas prácticas contra el diario que dirijo, evidenciadas ante la proximidad de la realización del respectivo concurso público, recurro a tu calidad de Presidente de la Junta Directiva para que interpongas tus buenos oficios e invoques a los periodistas de dicho diario para que se sujeten a los principios que animaron la formación del Consejo de !a Prensa.

No es nuestro propósito entrar en una contienda periodística contra otro medio de expresión, como es el caso del “Correo”, ni tampoco presentar quejas y denuncias que sólo contribuye a un mayor descrédito de la prensa, sino -por el contrarío- es nuestra pretensión contribuir al respeto de los derechos de los lectores a contar con información veraz y oportuna.
Quedo a la espera de las gestiones que puedas realizar sobre el particular.

Cordialmente,

LUZ MARÍA HELGUERO DE PLAZA
Directora

(Ver documento original)


Seguimiento

Piura, 30 de enero de 2001

Señor
ENRIQUE ZILERI GIBSON
Presidente del Consejo de la Prensa Peruana
Presente.-

Ref. Transgresión de valores éticos

Estimado Enrique:

He tomado conocimiento que el Tribunal de Ética del Consejo de la Prensa Peruana habría solicitado se resuelva en el seno de nuestra Institución la controversia suscitada entre el diario «Correo” y nosotros.

En realidad, Enrique, no se trata de una controversia entre dicho diario y el nuestro. El tema que planteamos es que se ponga a debate el comportamiento ético y deontológico de algunos periodistas y de sus líneas editoriales. El tema es que debemos revisar la lucha que venimos realizando por contar con un periodismo responsable.

Hay quienes piensan que hacer periodismo significa ser servidor de intereses y que con el periodismo uno obtiene una licencia para desacreditar, difamar e injuriar. Muchos de ellos ya cayeron en la tentación y comprometieron sus medios a oscuros propósitos; olvidándose que a quienes se deben es al público y no a otros. O recordemos sólo el triste ejemplo del diario «Expreso» y de su Director, señor Eduardo Calmell del Solar Díaz.

El primer compromiso del periodista es con el público y no con otros. Es decir, debe INFORMAR. Y, parece ser que algunos periodistas y medios de comunicación se han olvidado del significado de la palabra y para qué salieron a circulación.

Por ello no es admisible que la prensa se somete a vulgares campañas de desprestigio para obtener ciertos beneficios económicos. Este tipo de artilugios pone en tela de juicio la labor periodística y compromete su credibilidad y confianza en la opinión pública.

¿Cuánto tiempo más, estimado Enrique, vamos admitir este tipo de periodismo en el país?, ¿Qué vamos a hacer para rescatar una prensa responsable?, ¿Cómo vamos a lograr que aquella prensa injuriosa y difamante cambie de camino?, ¿Cómo vamos a generar credibilidad en la opinión pública sino nosotros mismos no insistirnos con su cumplimiento?

Exhorto pues, Enrique, a que el Consejo de la Prensa, por ser la organización rectora, se pronuncie en ese sentido y emita pautas mínimas sobre ética periodística. No es admisible que se siga silenciando hechos tan repudiables y bochornosos.

En tal sentido, y dando alcance a mi anterior comunicación de fecha 8 de los corrientes, nuevamente recurro a tu calidad de Presidente de la Junta Directiva para que se exhiba un pronunciamiento sobre las campañas de desprestigio que se viene realizando el diario «Correo» mediante titulares y notas injuriosas y difamante contra nuestro diario y su equipo periodístico, y conforme se puede apreciar en la edición de hoy.

Ante estos hechos tan repudiables y de acuerdo al procedimiento existente, solícito –ahora– se emita una declaración pública al tratarse de un caso flagrante de transgresión de valores éticos periodísticos.

En efecto, la utilización de un medio para ofender la honra a través de atribuciones e insinuaciones con el ánimo de llevar al descrédito de las personas por la única razón de no haber obtenido la buena pro de un concurso público o la simple insinuación que yo misma constituyo parte de el andamiaje de la corrupción sólo por haber formado parte de una lista de candidatos al Congreso en la que postulaba a la Presidencia de la República al señor Federico Salas («…ahora se entiende también que la directora de ese medio haya estado dispuesta a embarcarse en la fracasada aventura de postular al Congreso acompañando nada menos que al ex-premier Federico Salas comprometido en corrupción de funcionarios…»), configura por sí solas hechos contra la ética periodística.

Tampoco es admisible a la ética periodística que el diario «Correo» publique titulares como «CONCERTANDO (Debajo de la mesa)” o “El Tiempo quería lucirse como pro gobiernista”, en las que califican a nuestro diario y su equipo periodístico como corruptos por haber cancelado –por disposición legal– las (encuestas realizadas por Apoyo S.A. o sugiriendo –sin sustento alguno– que convenimos previamente con el Poder Judicial el resultado de los concursos públicos. Estos títulos y sus notas periodísticas constituyen no sólo violatorias a la ética por su innegable mala intencionalidad, sino lindan con el ilícito penal.

No creo que resulta inoportuno indicar que la finalidad primordial para la que fue constituido el Consejo de la Prensa es formular las reglas éticas a las cuales deben someterse los medios de modo de propender al bien común.

Por ello es que, para los efectos de aclarar la presente situación, he señalado las infracciones cometidas por el diario “Correo” y establecer la regla ética a la cual debe estar sujeto cualquier medio de comunicación, sea asociado o no a nuestra institución.

Cabe mencionarte que ni el Estatuto Social del Consejo de la Prensa ni el procedimiento aprobado para tal fin,  excluyen casos como los expresados en ésta y mi anterior comunicación. Es decir, fue voluntad de los socios que se sancionaran todos aquellos casos de transgresión de valores éticos periodísticos sin distinguir si el agraviado fuera una tercera persona, un diario o un propio asociado.

No se trata, entonces, solo de un controversia entre diarios. Aquí se trata de que un diario emplea malsanas prácticas y violatorias de la ética periodística con una clara intencionalidad. No permitamos que continúe este tipo de prácticas o nuevamente retrocederemos en nuestros propósitos de contar con una mejor prensa. El periodismo y la prensa deben enriquecer el debate público con la ventaja que supone el ver los hechos desde el privilegiado sector que ocupa en la tribuna. Pero debe hacerlo con honestidad.

Ciertamente, los últimos acontecimientos han afectado severamente la credibilidad de la prensa. Por eso, ahora, más que nunca debemos ser muy escrupulosos en la labor periodística. Hoy la prensa es una institución que se debe a la democracia y la ciudadanía le ha asignado un rol y pide que sea consecuente y fiel al mandato.

En tal sentido, solicito al Consejo de la Prensa emita una declaración contra el diario “Correo” por haber violado la ética periodística conforme se menciona en líneas anteriores.

Cordialmente,

LUZ MARÍA HELGUERO DE PLAZA
Directora

C.C. Cecilia Blondet

(Ver documento original)

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